La Tierra alberga una rica diversidad de vida, con una amplia gama de especies que han evolucionado y se han adaptado a lo largo de millones de años. Entre estas criaturas, se encuentra un reptil singular y enigmático que se ha mantenido prácticamente sin cambios durante millones de años: el tuatara. Se calcula que ya habitaban la Tierra hace 200 millones de años, en el Mesozoico, por lo que ¡convivieron con dinosaurios! En este artículo, exploraremos la fascinante historia evolutiva, biología y estado actual de estos reptiles únicos que se encuentran exclusivamente en Nueva Zelanda.
Introducción a los Tuataras
Los tuataras son reptiles endémicos de Nueva Zelanda y son conocidos por ser los últimos representantes vivos de un grupo antiguo de reptiles conocido como Rhynchocephalia. A pesar de su apariencia similar a la de los lagartos, los tuataras tienen una historia evolutiva completamente distinta y se consideran un «fósil viviente» debido a su relación con grupos de reptiles extintos. Se estima que en la actualidad hay una población de unos 100.000 individuos.
Historia Evolutiva de los Tuataras
La historia evolutiva de los tuataras se remonta a unos 200 millones de años, durante el período Triásico, cuando vivieron sus parientes más antiguos. En ese entonces, los tuataras compartían el mundo con los dinosaurios, pero mientras que los dinosaurios se extinguieron hace mucho tiempo, los tuataras han perdurado.
A medida que los continentes se separaron y Nueva Zelanda se aisló geográficamente, los tuataras se adaptaron a su entorno insular y desarrollaron características únicas. Esta adaptación aislada es parte de lo que los hace tan especiales hoy en día.

Características y Biología de los Tuataras
Los tuataras poseen una serie de características biológicas y anatómicas interesantes:
- Aspecto físico: Los tuataras tienen un cuerpo escamoso, patas cortas y una cabeza similar a la de los lagartos, aunque no son verdaderos lagartos. A menudo son de color verde o marrón.
- Tamaño: Los tuataras son reptiles de tamaño moderado, con longitudes que oscilan entre los 30 y los 80 centímetros, dependiendo de la especie y el sexo.
- Dientes únicos: A diferencia de los lagartos, los tuataras tienen dos filas de dientes en la parte superior de la boca y una sola fila en la parte inferior. Esto les permite triturar insectos y otros alimentos con eficacia.
- Vida larga: Los tuataras son conocidos por su longevidad excepcional. Algunos individuos han vivido hasta 100 años o más en la naturaleza.
- Reproducción lenta: Los tuataras tienen una tasa de reproducción lenta, con hembras que ponen un pequeño número de huevos (generalmente entre 6 y 19) solo cada cuatro años en promedio.
- Temperatura corporal baja: Los tuataras son reptiles ectotermos, lo que significa que no pueden regular su temperatura corporal interna como lo hacen los mamíferos. Su temperatura corporal suele estar cerca de la temperatura ambiente, lo que los hace más activos durante los meses más cálidos.
Hábitat y Distribución
Los tuataras son endémicos de Nueva Zelanda y se encuentran principalmente en islas más pequeñas y protegidas, como la Isla Stephens y la Isla Brothers. Aunque antes eran más comunes en todo el país, la introducción de mamíferos depredadores como ratas y gatos en Nueva Zelanda ha llevado a la disminución de las poblaciones de tuataras en la isla principal.
Su hábitat varía desde bosques costeros hasta áreas rocosas y colinas. Los tuataras son animales nocturnos y pasan la mayor parte del día escondidos en grietas y agujeros.
Dieta y Comportamiento Alimentario
Los tuataras son carnívoros y se alimentan principalmente de insectos, larvas, caracoles, y otros invertebrados. A pesar de tener una apariencia similar a los lagartos, su sistema de dientes especializado les permite triturar y masticar sus alimentos de manera más eficaz.

Conclusión: Los Tesoros Vivientes de Nueva Zelanda Los tuataras son verdaderos tesoros vivientes de Nueva Zelanda y representan una ventana a la historia evolutiva de la Tierra. Su longevidad, biología única y estatus de «fósil viviente» los convierten en criaturas fascinantes y dignas de conservación. A medida que los esfuerzos de conservación continúan, esperamos que estos reptiles emblemáticos continúen prosperando en su entorno nativo y sigan siendo un recordatorio de la rica diversidad de la vida en nuestro planeta.